ANNA

(Player 2)
Anna, un juego que iba a poner a prueba tu ingenio y salud mental del protagonista y que acabó por hacer peligrar mi salud mental. 

Estos días de confinamiento y PS Now me están dando para descubrir juegos que no había oído hablar de ellos. En estas me encuentro con Anna, de Dreampainters, aparecido en PC que dio el salto a Xbox 360 y PS3.

Nos encontramos con una aventura de terror, llena de rompecabezas, que nos traslada a investigar un viejo aserradero en las montañas Italianas y a resolver quién es Anna, cuyo nombre da título a esta historia, añadiendo a descifrar nuestro oscuro pasado. Y eso lo iremos resolviendo gracias a cartas, documentos y nuestro propio diario que iremos llenando durante el transcurso del juego.

Ya en sí, la historia tienta a darle un vicio. No más allá de la realidad. Nos encontramos con un juego donde la parte importante será ir resolviendo la historia con documentos y no acabar mal de la cabeza o tirando el mando por la ventana (lo intenté más de una vez), con los innumerables rompecabezas que hay. Y ojo, que los puzles para nada son fáciles, todo lo contrario, incluso de no entender la lógica del porqué. He participado en Escape Room’s de dificultad extrema, con rompecabezas más lógicos que en este juego. Y todo para perderte en una historia que cuenta con hasta 8 finales diferentes. Si, has leído bien. Ocho. Depende los puzles que resuelvas o que ni hayas visto, irás sacando un final u otro.

Gráficamente el juego no está mal para ser de generación pasada, aunque mejorable. Solo entrar en la casa, cuando lo logres, ya te encontraras con escenarios oscuros y agobiantes que hará que esta aventura, no sea unas vacaciones de relax en la montaña. Y es que esa oscuridad solo iluminada por velas o roturas de la pared, te hará sentir vulnerable. Y ya con la banda sonora y algunos efectos, esa vulnerabilidad se vuelve más poderosa, incrementando intranquilidad que no desaparece desde tu entrada al aserradero. Eso sí, en algunos momentos la música no iba acorde a lo que nos estaba sucediendo, quitando esa tensión necesaria para un juego de terror psicológico.

Algo que sí que se queda corto es en su jugabilidad. En muchos aspectos iba como si mi joystick estuviera completamente roto. Nada fácil quedarte en la posición en la que quieres, un andar tosco y además más de un bug desesperante hizo perdernos la paciencia, incluso haciéndonos resolver uno de esos ocho finales ya mencionados. Con un menu de ítems en ps3 para nada accesibles y pesados para su interacción, complicaba aún más una experiencia positiva a un agotamiento ya mental por esos rompecabezas, algunos de ellos de dificultoso manejo.

Definitivamente, Anna no es un juego que invite a descubrir todos sus finales, su duración es escasa pero larga (resolviendo o golpeándote la cabeza con lo que encuentres) debido a las cosas que hacer y de una dificultad que hará que muchos y muchas acaben buscando guías de forma continuada para por fin acabar con esta pesadilla. Solo apto para un público muy escaso.