Nos encontramos ante un juego Indie de la compañía Playdead
ApS que nos mete de lleno en un mundo oscuro y falto de colorido. El personaje
principal, un niño, tiene que evitar a toda costa, en sus primeros pasos por el
juego, ser capturado por los hombres que merodean el lugar.
A partir de ahí, nuestro pequeño protagonista tendrá que
ingeniárselas, a base de paciencia y una buena dosis de observación, para poder
avanzar a través de todos los escenarios que propone el juego, ya que cada uno
de ellos se transforma inmediatamente en un puzzle que se deberá resolver para
pasar a la siguiente zona.
(PLAYER 1)
Las mecánicas del juego son simples, ya que solo utilizaras
un botón para saltar y otro para coger//empujar algún objeto. Por lo que nos
vamos a adaptar bastante rápido a su jugabilidad.
Sin embargo, donde peor lo pasaremos será a la hora de
resolver los puzzles que nos darán paso al siguiente escenario. La verdad es
que la mayoría están a la vista, y si eres un poquito observador, enseguida
sacas la solución al rompecabezas. Pero hay algunos que no son tan simples, y
no ves la solución al problema que te presenta el escenario hasta que no le has
dado muchas, muchas vueltas a la cabeza. Aunque algunos puzzles son
complicados, esto no impide que se disfrute del juego de lleno, y así no frustrar al jugador, cosa que podría
hacerle perder el interés y dejar el juego.
Lo que realmente llega a
atrapar al jugador en este juego, es su inquietante atmósfera,
acompañada de la mano por un apartado musical, que sin llegar a ser una obra
maestra, liga a la perfección con cada momento del juego. Sin contar con unos
gráficos de escándalo y última generación, el juego consigue transportarte al
mundo donde se desarrolla, envolviendo al jugador de ese aura oscura y
misteriosa que recorre junto a nuestro protagonista por los diversos escenarios
del juego.
Si hablamos de la duración de este juego ( entre 4 y cinco
horas ) hay que decir que se hace bastante corto aunque sinceramente, alargarlo
más, también podría llegar a ser una tontería porque realmente, este no es un
juego que te esté contando una historia única, ya que lo que hace, es dejarte
pequeñas metáforas a lo largo del mismo, para que el jugador cree su propia
conclusión final. Y creerme, el juego da mucho que pensar.
Para concluir, dejadme comentar muy rápidamente que aunque
el protagonista es un niño y esto tendría que dar casi obligado a cogerle
cariño desde el principio, hay algo, que hace que esto no suceda hasta bien
entrado el juego.
(PLAYER 2)
Inside nos presenta una propuesta muy adulta, en un mundo
oscuro donde parece ser que una “élite” tiene el control sobre todo los demás y
nosotros, como personaje, tratamos de huir de ese control. Podría tomarse como una crítica a la sociedad
capitalista desde su punto más negro, o bien, sobre el sistema social en que vivimos hoy en dia, y
es que unos pocos tienen el control de la mayoría.
Recordando a ratos a cierto lema del “somos el 99%”
utilizado por el movimiento Occupy Wall Street y que se expandió en diferentes
países del mundo en 2011, reivindicando que dicha minoría social toma las
decisiones económicas, sociales y políticas en contra de los intereses de la
mayoría de la población.
Pero en si no todo acaba aquí, sino que los creadores de este
juego ya avisaron de que el significado final está abierto a muchas más
interpretaciones de las cuales os invitamos a que experimentes y deduzcas, el
debate está abierto.
Lo que más me gusta del juego es su sencillez de movilidad,
(adelante, atrás, saltar y empujar), no necesita más para triunfar como uno de
los indies con mejor crítica de los últimos tiempos. En poco te haces con el
manejo del personaje y entiendes perfectamente lo que nos propone el juego y
las tareas a realizar. Y es que es en el manejo donde deberemos ser ágiles de
movimiento, y de rompernos la cabeza para resolver los diferentes puzzles que
nos iremos encontrando a lo largo del juego.
Y es que son esos puzzles lo que hacen que la duración del
juego se alargue más, ya que perderemos un tiempo precioso en algunas de sus
resoluciones, haciendo que tengamos que volver a empezar “escenas” programadas
para ese fin. No es un juego largo, tampoco lo busca, cumple el objetivo de la
experiencia y eso es de agradecer, ya que duración no siempre viene acompañado
del sustantivo calidad.
Gráficamente cumple a la perfección. Y es que es otro de los
apartados que Inside tiene como bandera. No necesita más para hacernos penetrar
en su historia y en sentir la magia que rodea el juego. Tonos oscuros, como su
mensaje, tonos grises, como la sensación de estar atrapado en un mundo
deprimente e intolerante con la masa. Y es que ese es uno de los mensajes que también
nos quiere transmitir, hacernos llegar con los colores, y lo consigue.
Y ojo, que es también su banda sonora y los efectos donde
logra transmitir ese mensaje. Viene muy ligado a los gráficos y es que le hacen
un acompañamiento muy bien logrado rozando el excelente. Sin duda, saber
entender estos dos aspectos nos ayudarán a sacar esas conclusiones a las que
deberemos llegar al final del juego para hacernos nuestra propia idea de ese
final tan sorprendente.
Terminando con esta valoración, Inside es un juego excelente
y que todas y todos deberían probar alguna vez al igual que Limbo, de la misma
compañía. Su final abierto a interpretaciones varias le da un plus a que lo
comentes con los amigos para ver qué conclusiones sacas, y eso es lo que hemos
hecho en Bonus Level y aquí os lo
queríamos dejar reflejado.
Si no le habéis hecho caso nunca, probadlo, no os
decepcionará y además os hará pensar en cómo vivimos nuestra sociedad de hoy en
día, qué bien nos viene meditar.
(PLAYER 3)
Me enfrento a Inside expectante por las buenas críticas
recibidas por la gran mayoría de jugadores. El juego nos presenta la historia
de un niño, su (y nuestro) camino a la comprensión, y es que desde el principio
empatizas con él. Una mezcla de ignorancia, desesperación y oscuridad, muy bien
llevada gracias a la paleta de colores que usa.
Sencillo en mecánicas pero a la vez complejo en argumento,
ya que, Inside juega con nuestros sentimientos, sabiendo que todos nosotros nos
hemos sentido como el protagonista alguna vez. Masas controladas cual
marionetas por grandes organizaciones, y es que... ¿Acaso no lo somos?
Por si fuera poco, nos encontramos con unos puzzles que
pondrán a prueba nuestra materia gris, muy agradables de hacer, por el hecho de querer
seguir avanzando en nuestra propia liberación. Algunos de ellos nos pondrán las cosas difíciles y
aumentarán la a priori poca duración del juego.
Gráficamente cumple con creces, y corrobora todos los
elogios recibidos por ser uno de los mejores indies en su momento. Tanto lo
banda sonora como los juegos de luces y sombras hacen que la inmersión sea completa. Y como colofón final, nos deja un
desenlace abierto a diferentes interpretaciones, que puede convertirse en un interesante debate entre
los demás jugadores.
Recomendaría el juego a todo el mundo. Por su duración, todo
el mundo debería probarlo, pero indudablemente es obligado a todo aquel que
aprecie esa mezcla de sensaciones a la hora de estar jugando. No dejará
indiferente a nadie.
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